I. El Ciclo de la Semilla Eterna
Para entender a un Cantor de Árboles, primero debes olvidar el concepto humano de la mortalidad. Los Kweebecs no nacen, brotan. Y no mueren, echan raíces. Su existencia es un ciclo infinito supervisado por Gaia. Comienzan como pequeños brotes curiosos, correteando por la Zona 1, aprendiendo el idioma del viento y el agua. Con el paso de las décadas, su piel de corteza se endurece y su sabiduría se expande hasta que, finalmente, sienten "La Llamada". Es el momento en que un Kweebec anciano busca un lugar de descanso, planta sus pies en la tierra y se transforma en un árbol majestuoso, vigilando a las futuras generaciones desde el silencio.
Sin embargo, hay algunos que nacen con una resonancia diferente. No solo escuchan a la naturaleza; la naturaleza los escucha a ellos. Son los Cantores de Árboles (Treesingers). En tiempos de paz, son sanadores y mediadores. Pero en tiempos de guerra, son la pesadilla de cualquiera que se atreva a llevar un hacha al bosque.
"No confundas nuestra paciencia con debilidad. Un árbol tarda cien años en crecer, pero puede aplastarte en un segundo."
II. La Ira de la Naturaleza
Cuando Varyn invadió la Zona 1, esperaba una resistencia pasiva. En su lugar, se encontró con que la propia tierra se levantaba contra él. Los Cantores de Árboles no usan espadas ni escudos. No los necesitan. Con un canto gutural, pueden convocar raíces espinosas que brotan del suelo para atrapar a los batallones enemigos, inmovilizándolos para que los arqueros humanos terminen el trabajo.
Su magia es vital, lo opuesto al Vacío. Donde pisa un Cantor, la hierba crece y las flores se abren, incluso en suelo corrompido. Esta habilidad los convierte en objetivos prioritarios para el enemigo, pues son los únicos capaces de "purificar" las zonas infectadas por la corrupción púrpura, devolviendo el equilibrio a la tierra.
La magia vital restaurando la Zona 1.
III. Guardianes de la Vida
En la Alianza de Tessa, los Kweebecs desempeñan un papel doble. En el frente, los Razorleaf Rangers (Cazadores de Hoja Afilada) hostigan al enemigo con bumeranes mortales. Pero en la retaguardia, los Cantores de Árboles son insustituibles. Han levantado hospitales vivos dentro del Bastión, donde las camas son de musgo curativo y las medicinas son savia pura.
Su lealtad a Tessa es absoluta, pues ven en ella la misma chispa que sentían en Gaia. Creen que la "Dama del Rayo" es la tormenta necesaria para limpiar el aire viciado de Orbis. Y mientras quede un solo árbol en pie, la Resistencia tendrá raíces fuertes donde sostenerse.