I. Los Eremitas de la Zona 4
La Zona 4, conocida como las Tierras Devastadas, es un lugar donde la mayoría de las razas de Orbis pierden la cordura o la vida en cuestión de horas. Sin embargo, en medio de las selvas de ceniza y las islas que flotan sobre abismos de energía pura, habitan los Sloths. Estos perezosos humanoides no son simples habitantes del bosque; son filósofos naturales que han aprendido a vivir en simbiosis con una geografía que se cae a pedazos. Para un Sloth, el movimiento rápido es una forma de vulgaridad; creen que la prisa es lo que permite que el Vacío encuentre grietas en el alma.
Durante milenios, se han mantenido al margen de los conflictos de Orbis, meditando en las copas de los árboles de "madre-ceniza", cuya madera es tan dura como el diamante. Su fisiología está adaptada a un entorno donde el maná es inestable: sus pelajes largos actúan como filtros mágicos, absorbiendo la radiación del Vacío y convirtiéndola en energía cinética latente. La llegada de Varyn a la Zona 4 fue lo que finalmente los obligó a romper su voto de silencio. Cuando los obeliscos empezaron a drenar la gravedad de sus bosques sagrados, los Sloths comprendieron que no podían seguir siendo simples observadores de la caída del mundo.
La magia de los Sloths es radicalmente diferente a cualquier otra en Orbis. Mientras Tessa domina la velocidad del rayo, los Sloths dominan el "Estatismo". No lanzan proyectiles; alteran el peso de la realidad. Un Místico Sloth puede, con un simple gesto pausado, aumentar la gravedad en un área determinada, haciendo que una legión de Outlanders se vea aplastada por el peso de sus propias armaduras. Su control sobre la inercia les permite detener flechas en el aire o ralentizar el avance de las bestias más feroces.
"El rayo es rápido, pero la piedra es eterna. Nosotros somos la pausa entre dos parpadeos de la creación."
II. La Magia del Estatismo y la Gravedad
En combinación con Tessa, los Sloths se han vuelto el apoyo táctico más temido. Mientras Tessa se mueve a velocidades imposibles, los Sloths "congelan" localmente el flujo del tiempo para los enemigos, creando ventanas de oportunidad donde la Resistencia puede atacar sin recibir respuesta. Se dice que su presencia calma incluso la magia más inestable, actuando como un supresor natural contra las distorsiones que Varyn intenta provocar en el tejido de Orbis. Son, literalmente, el ancla que impide que la Zona 4 sea absorbida por completo por la nada.
El encuentro entre Tessa y el Gran Anciano Sloth en las cumbres de la Zona 4 es ya una leyenda en el Bastión. Muchos esperaban que los Sloths rechazaran a una líder tan "acelerada". Sin embargo, los Sloths vieron en Tessa el "Trueno que precede al Orden". Aceptaron unirse a la alianza no para ganar una guerra, sino para restaurar el silencio original de Gaia que Varyn ha convertido en un grito de agonía. Su sabiduría sobre las "corrientes de ceniza" ha permitido al Bastión Móvil navegar por rutas que Varyn consideraba intransitables.
Un místico Sloth meditando sobre una isla flotante.
III. El Vínculo Místico con la Resistencia
El encuentro entre Tessa y el Gran Anciano Sloth en las cumbres de la Zona 4 es ya una leyenda en el Bastión. Muchos esperaban que los Sloths rechazaran a una líder tan "acelerada". Sin embargo, los Sloths vieron en Tessa el "Trueno que precede al Orden". Aceptaron unirse a la alianza no para ganar una guerra, sino para restaurar el silencio original de Gaia que Varyn ha convertido en un grito de agonía. Su sabiduría sobre las "corrientes de ceniza" ha permitido al Bastión Móvil navegar por rutas que Varyn consideraba intransitables.
En la Actualidad, los Sloths son la pieza clave para la ofensiva final. Como nativos de la zona que rodea el Templo del Tiempo, poseen mapas mentales de las anomalías temporales que protegen la Ciudadela. Sin su guía, Tessa y su ejército quedarían atrapados en bucles infinitos. Los Místicos Sloth están entonando el "Canto del Ancla", un ritual masivo para estabilizar la realidad mientras la Alianza lanza su ataque definitivo. Para ellos, la victoria no es el fin de Varyn, sino el regreso del momento en que el mundo pueda, finalmente, volver a respirar despacio.