I. Los Fantasmas de la Zona 1
Mientras los Centinelas defendían los templos de piedra, hubo quienes entendieron que encerrarse era una trampa mortal. Los Guardabosques de Orbis son descendientes de cazadores y exploradores que se negaron a esconderse bajo tierra cuando llegó Varyn. Aprendieron por las malas que, para sobrevivir en la superficie corrupta, uno debe volverse parte del paisaje.
No llevan placas de acero que rechinen al caminar, ni usan magia brillante que delate su posición. Visten cuero curtido de bestias caídas y capas tejidas con fibras de camuflaje natural. Un Guardabosques puede permanecer inmóvil durante días en la copa de un árbol, ralentizando su propio ritmo cardíaco, esperando el momento exacto en que un General del Vacío baje la guardia. Son los ojos invisibles de la Resistencia.
"Un Golem puede detener un ejército. Un Guardabosques puede eliminar al comandante de ese ejército antes de que dé la orden de atacar."
II. Arsenal de Supervivencia
El arco de un Guardabosques no es un arma simple; es una extensión de su brazo. Fabricados con madera flexible de la Zona 1 y reforzados con tendones de raptor, estos arcos pueden disparar con una precisión letal a cientos de metros. Pero no solo confían en las flechas. Son maestros de la alquimia de campo, impregnando sus puntas con venenos paralizantes extraídos de la flora local o con polvo de cristal volátil para penetrar armaduras mágicas.
Además del combate a distancia, dominan el arte de las trampas. Un sendero aparentemente seguro puede convertirse en una pesadilla de redes, fosos y cuerdas tensadas para cualquier patrulla enemiga que se atreva a cruzar sus bosques. Para cuando el enemigo se da cuenta de que está siendo cazado, ya es demasiado tarde.
Un cazador esperando en la espesura de la Zona 1.
III. La Vigilancia
En la estructura de la Alianza, los Guardabosques operan en los márgenes. No duermen en los barracones del Bastión; duermen bajo las estrellas, patrullando los perímetros y asegurando las rutas de suministro. Son los primeros en detectar los movimientos de las tropas de Varyn y los últimos en retirarse.
Tessa confía en ellos para las misiones más delicadas: infiltración, sabotaje y rescate. Aunque no buscan la gloria ni aparecen en las canciones de los bardos, todos saben que sin sus ojos vigilantes, la Resistencia habría caído hace mucho tiempo en una emboscada.